el fútbol no es más que poesía colectiva

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para vanessa, mmm "Kon cariño"
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"Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral
y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.”

Albert Camus


“González se la pasa a Rojas y este toca con Rodríguez. / Cabezazo del delantero y la pelota sale fuera de la cancha. / Falta dentro del área ¡y el árbitro no cobra señores! / Tarjeta amarilla para el 10 por interrumpir el juego. / Todos los defensas están con amarilla, así que cuidado con los fouls. / El público enfervorizado no lo puede creer. Empate en el ultimo minuto. / Tiro de esquina. Zavala peina la pelota y esta se va sobre el travesaño. / Ya van dos tiros cerca del arco. Esa pelota quiere red señores. / El defensa central está impasable hoy. / El portero lo ha atajado todo esta jornada. / El mediocampista le pega a todo lo que se mueve.”

Termina el partido y comienza la crónica.

El fútbol es más que un deporte de 22 jugadores en el campo y de cinco palabras, más que símbolo de lo irracional es de lo humano, más que marketing es amor a un dios esférico y perfecto. El fútbol parece tener su propio mundo, su vaticano y su papa, sus profetas y sus santos, sus pecados y sus glorias.

El fútbol y la vida

A mi nunca me ha gustado el fútbol. Desde niño había despertado cierto odio a este deporte cuando cambiaban mis dibujos animados para ver los partidos locales, y como solo teníamos un televisor en casa, vivía condenado a soplarme dos horas llenas de palabras que a esa edad no podía pronunciar.
Por otro lado, vivía resignado a ser el último o el penúltimo en ser escogido para jugar este deporte, y no es que jugase porque quería sino porque no tenía de otra si quería estar con mis amigos. Esto también revela mis inútiles habilidades para patear una pelota.
Todo andaba bien o como de costumbre en cuanto a los días de partido. Horas en el que paraba o viendo desde lejos como quien no quiere la cosa o leyendo algún libro pequeño. Hasta que de pronto en un partido de eliminatorias al mundial la selección peruana hizo un gol, y por primera vez escuché la risa de felicidad de mi padre y alrededor de él a todos mis hermanos gritando como unos locos dementes mientras saltaban intentado abrasarse para celebrar el ingreso de la pelota en el arco del equipo rival. Desde la cocina mi madre venia con la sartén en mano peguntando de quien fue el gol.

Fue entonces que descubrí que el fútbol tenía más fuerza que la navidad para unir a mi familia, y redescubrí a mi familia a través del fútbol. Desde entonces desarrollé un nuevo hobby, sentarme en medio del sillón esperando los goles de Perú y con ello, los empujones y los gritos de felicidad y las conversaciones de mi familia que ni lo psicólogos pudieron sacar.

Le debo al fútbol muchas cosas en esta vida. Como haber hecho de intermediario entre mis hermanos mayores y mi padre para que compartan momentos tan públicos pero a la vez íntimos. Le debo también ya contagiado por el virus de lo absurdo y los goles, alegrías y tristezas, y a pesar que para mi país y más aún para mi generación fueron más tristezas que alegrías, le doy un gracias sincero y honesto. Un gracias redondo.

Las cosas que ignoraba

En un programa deportivo de cable, escuché a algunos periodistas hablar sobre los mejores jugadores de la historia del fútbol mundial. Entonces uno de ellos hizo referencia que si Cesar Cueto hubiese sido argentino sería considerado uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia. Quizás tengan razón, la falta de oportunidades hace perder a las personas más talentosas, y en el Perú tenemos esa estúpida costumbre.

Dicen que Cueto fue y es la mejor volante del mundo. Ahora yo solo me conformo en ver una y otra vez sus jugadas que parecen en realidad versos de un tipo que en vez de manos tienes pies casi celestiales. Le dicen el poeta, y por él entiendo la belleza del fútbol y por el fútbol se puede entender la belleza de la vida, y por esta que comprendemos la belleza de uno mismo.

Al ver las jugadas de Cueto, entiendo las palabras del filosofo francés Edgar Morin "No veo el fútbol como una forma de alienación moderna, lo siento más bien como una poesía colectiva". Y a mi modesto parecer de aficionado que nunca pisó un estadio, estas palabras son exactas, el fútbol no es más que poesía colectiva.

Desde el rey de España hasta el mendigo de la esquina

Desde el rey de España hasta el mendigo de la esquina son raptados por el fútbol. Me parece que no hay política más socialista ni capitalista que el mismo fútbol. Me parece que ningún organismo de estados en el mundo reúne tantos países como las federaciones de fútbol. Señores, el fútbol es más que un fenómeno social, es casi la sociedad misma.

Existen diferentes tipos de amantes tanto en el amor como en el fútbol. El mismo Edgar Morin ha anulado todas sus citas y compromisos durante el mundial para dedicase a ver los partidos. Al decir de Umberto Eco, el juego físico, el deporte, en el que se emplea el cuerpo en sus mejores expresiones, no sólo físicas sino también pasionales debería contribuir a la estetización de la vida cotidiana. "Es algo bellísimo; al menos tan hermoso como el sexo, la reflexión filosófica y los juegos de azar en que se apuestan frijolitos" menciona el filosofo y escritor italiano.

No todos los que mueren por el fútbol son hombres, está también la escritora francesa Francoise Sagan que decía lo que todo varón, y como no, toda mujer podría decir: "el fútbol me recuerda viejos e intensos amores, porque en ningún otro lugar como en el estadio se puede querer u odiar tanto a alguien".

Los dimes y diretes del fútbol

“Tal vez los jugadores tengan la hermosura y la tragedia de las mariposas, que vuelan tan alto y tan bello pero que jamás pueden apreciar y admirarse en la belleza de su vuelo". Menciona El Tiempo de Bogotá en una de sus crónicas deportivas .

El humorista y escritor español José Luis Coll sostiene que un país habrá llegado al máximo de su civismo cuando en él se puedan celebrar los partidos de fútbol sin árbitros. En realidad, cuando los árbitros no sean necesarios, con ellos también se irán seguramente los presidentes y se disolverán las cárceles. Pero hasta entonces, seguimos viendo fútbol.

¿Sabes en qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales. Pero como dicen, desde el fútbol uno puede filosofar y desde la filosofía es imposible hacer fútbol. Pues el fútbol tiene el arte de lo imprevisto y a la vez puede ser una excusa perfecta para ser feliz.

Si Pitágoras hubiera tenido la suerte de vivir en esta era, posiblemente hubiera sido entrenador de fútbol, porque el fútbol es geometría, apertura y cierre de espacios, movimientos lógico matemáticos. Manifiestan los creyentes del dios redondo y omnipresente.

Pero lejos de dimes y diretes del fútbol. La única palabra o la única oración que puedo decir del fútbol que encierre todo lo que siento, es la misma que está en la vox populi, el fútbol es simplementen el fútbol.

Nota:
Según una página web el primer jugador expulsado en la historia de los mundiales fue nada y nada menos que el capitán de Perú, Mario de Las Casas, en un partido contra Rumania el 14 de julio de 1930 en Uruguay.

2 comentarios:

vanessa rn dijo...

mi muy estimado alex me ha gustado mucho tu cronica sobre el futbol, ciertamente me sorprende pudieras atrapame con tal tema, que para mi es sumamente aburrido. felicidades.

Martín Barrera Tello dijo...

En pocas palabras, esta crónica es un golazo de tu pluma.